En nuestros días, las aplicaciones de la radiactividad son cada vez más numerosas:
La Arqueología, la Geología y la Antropología emplean métodos de datación de objetos y sucesos históricos utilizando el carbono 14 u otros isótopos, que permiten definir una edad para los acontecimientos que describen la historia de la Tierra, su clima y los seres vivos que la habitaban.
Menos conocido es el uso de la activación neutrónica para, por ejemplo, determinar las rutas comerciales de la antigüedad mediante el análisis de los elementos contenidos en fragmentos de cerámica, o de la técnica denominada de fluorescencia de rayos X para analizar las características básicas de las pinturas o tintas utilizadas en cuadros y manuscritos.
En Biología, numerosos adelantos realizados durante la segunda mitad del siglo XX están vinculados a la utilización de radiactividad. Entre los más importantes hay que destacar el funcionamiento del genoma humano y de otros animales, el metabolismo celular o la transmisión de mensajes químicos en el organismo.
La radiactividad cubre un abanico de aplicaciones tan amplio que pocas tecnologías pueden compararse con ella. Abarca desde la prehistoria al estudio del genoma o la curación del cáncer.
En Medicina la radiactividad es usada como método de diagnóstico (rayos X, estudios metabólicos con sustancias trazadoras, tomografía axial computerizada y tomografía por emisión de positrones) y de curación (los tratamientos de radiactividad contra el cáncer curan a miles de personas cada año). Se utiliza cotidianamente en investigación (estudio del funcionamiento de sustancias relevantes para la vida, como son los aminoácidos, el ADN, los azúcares, las penicilinas, etc., mediante el uso de núcleos radiactivos trazadores). Sirve para entender cómo funciona el cerebro, qué acción realizan los medicamentos. De igual forma, las radiaciones pueden destruir las células tumorales.
En Agricultura se utilizan las técnicas con sustancias trazadoras para analizar las funciones de fertilizantes, hormonas, herbicidas, pesticidas, etc.; con sustancias radiactivas se pueden producir mutaciones que mejoren cosechas o erradicar plagas.
En la Industria, los rayos X y la radiación gamma se usan para la detección de defectos en fundición y soldadura y la medida de espesores de láminas de los más variados materiales. Los trazadores permiten el análisis de problemas tales como el desgaste de los neumáticos de los automóviles, la detección de fugas en tuberías subterráneas, la determinación de la eficacia de los detergentes, etc. Los contenidos de partículas materiales en el aire, de gran importancia en Ecología para la determinación de los niveles de polución atmosférica, pueden analizarse con la técnica que se denomina activación neutrónica. Otras muchas aplicaciones de la radiactividad pueden catalogarse de curiosas, la utilización de sustancias radiactivas en detectores de humo o en pararayos (estos últimos ya prácticamente erradicados a pesar de su eficacia).
19 may 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario